Un grupo de investigadores suizos ha conseguido que ratas con una
lesión medular puedan volver a caminar. Pese a lo llamativo del
resultado, los propios responsables del trabajo
han advertido de que ello no significa que se haya encontrado una cura
para las víctimas de paraplejia, aunque sí “podría abrir la puerta a
nuevas formas de tratar a estos pacientes”.
Las ratas recuperaron la movilidad gracias a un tratamiento de
neurorehabilitación de dos semanas basado en una combinación de
estimulación electroquímica y el uso de un arnés robotizado, como
explica Gregoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, el coordinador del trabajo que publica Science este viernes. Gracias a ello consiguieron que las ratas recuperaran la capacidad de practicar movimientos voluntarios.
Los fármacos que se administraron a los roedores tenían la misión de
remplazar la función de los neurotransmisores que coordinan los
movimientos de los miembros inferiores. Entre 10 y 20 minutos después de
la inyección, los investigadores estimularon eléctricamente la médula
mediante unos electrodos implantados en la propia médula.
Al suspender las ratas en el aire con ayuda de un arnés para que
apoyaran las patas traseras en el suelo, los roedores consiguieron no
solo mover las piernas, sino también subir escaleras al cabo de varias
semanas de tratamiento.
Para que esta terapia pudiera aplicarse en humanos tendría que
salvar, al menos, dos obstáculos, según unas declaraciones realizadas a
Reuters por la especialista en lesiones medulares Elisabeth Bradbury, del King’s College de Londres.
Por un lado, los problemas que presentan los pacientes con tetraplejias
no suelen tratarse de cortes limpios como los que se practicaron a las
ratas. Por otro, no está claro si este tratamiento combinado de fármacos
y electroestimulación podría regenerar la función de una médula con una
lesión de años de duración.
No es la primera vez que se anuncia que roedores afectados por una lesión medular vuelven a caminar. La investigadora Almudena Ramón publicó en Neuron en 2000
un trabajo en el que, a través de otra técnica, devolvió la movilidad
de los miembros inferiores a roedores. En este caso, la científica del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas empleó unas células que
se encuentran en el bulbo olfatorio (llamadas de glía envolvente),
situadas en una región frontal del cerebro, que aplicó en la zona
dañada.
También fueron ilusionantes los trabajos de un grupo británico
que en 2002 logró, de nuevo, que ratas con lesión medular volvieran a
andar. Sin embargo, hasta el momento, ningún grupo ha conseguido que
personas que hayan sufrido una sección de la médula vuelvan a caminar.
Fuente: www.elpais.es